Hestia, en la mitología griega, es la diosa del hogar. Hija mayor de los titanes Cronos y Rea. Aunque amada por Poseidón y por Apolo, permaneció virgen. Equivalente a la diosa romana Vesta. No aparece con mucha frecuencia en los mitos griegos aunque la tuviesen en gran consideración y consagraran a ella el hogar de todas las casas, pero no mató ningún monstruo ni tejió aventuras románticas con dioses o seres mortales.
Hestia ( Vesta para los romanos ) pertenecio a la primera generacion de dioses, engendrados por Cronos ( Saturno ) y Rea ( Cibeles ). Cronos, al igual que ocurrió con su hijo Zeus, y con su padre, Urano ( el Cielo ) también se vio amenazado por la profecía de que sería destronado por un hijo suyo. De modo que, sin dudarlo, se tragó a todos sus hijos sin mirar si quiera si el recién nacido era niño o niña. En total, se tragó tres hijas ( Hera, Hestia y Demeter ) y dos hijos ( Poseidon y Hades ) Una vez más, recordar que este mito de los "Dioses- Padre Celestiales" que intentan destruir a sus hijos varones será analizado con minuciosidad al llegar a los arquetipos masculinos, en especial al de Zeus. En todo caso, precisamente fue Zeus el único hijo que se libró de semejante destino, y después, con ayuda de su madre y de Metis ( su primera esposa ) liberó a sus hermanos y hermanas del interior de Cronos.
Así pues, Hestia ya era libre. Y a pesar de ello, estuvo siempre en un segundo plano, sin destacar en nada, e incluso fue expulsada del Olimpo para dejar lugar a Dionisios, hijo menor de Zeus y dios del vino y del éxtasis de los sentidos. Se rompió así el equilibrio entre lo femenino y lo masculino, pero Hestia no se sintió víctima de ello. Adaptable a cualquier entorno, ya que tiene la capacidad de llevar la estabilidad dentro de sí misma, ella acepto ser una deidad de segunda, a pesar de que le correspondía ser venerada como una Diosa Mayor, igual que sus hermanas. Aunque no se la represento nunca físicamente, ni participo en las guerras o interactuó con mortales como los demás dioses y diosas, estaba muy presente en las vidas de los griegos de la Antiguedad. Eso sí, siempre de una forma serena, tranquila, cálida y reconfortante. Una presencia que siempre aportaba estabilidad al regresar a casa. A menudo apareció asociada con Hermes: él, como dios de mensajeros, viajeros, aventureros y ladrones, cuidaba lo de fuera, representado por la "herma" o columna que se ponía cerca de la entrada de la casas. El círculo que se colocaba en el interior de la casa, donde prendía el fuego del hogar, representaba a Hestia, que cuidaba lo de dentro, pero no solo lo de dentro de las casas en un sentido físico, sino también, el mundo interior de las personas y su espiritualidad.
Así pues, Hestia representa a una mujer introvertida, pero con un gran mundo interior, quizá creativa, pero desde luego, seguro que espiritual, y capaz de dar estabilidad y un toque cálido y hogareño a todo cuanto hace.
Hestia es una mujer que, por su capacidad de permanecer centrada en su propia espiritualidad interior, se ve poco afectada por lo que ocurre fuera. Ese rico mundo interno la puede ayudar a superar dificultades en la vida, o a sobrevivir en un entorno adverso como puede ser la violencia o los malos tratos. Así mismo, no sufrirá los vaivenes emocionales de otro tipo de mujeres, como los celos que despiertan lo peor de Hera, la furia que a veces caracteriza a Artemisa, o la volatilidad romántica que puede llevar a Afrodita a sufrir tanto por amor. Ella, independientemente de si sufre, o se enamora, lo vivirá desde su propio interior y será capaz de permanecer centrada a pesar de todas esas influencias exteriores, porque para Hestia, lo auténtico está dentro de sí misma. Igualmente, todo lo que hace, sobre todo las tareas de la casa pero también su trabajo, estará teñido de una cálida luz hogareña. En su casa, todo será limpio y ordenado, pero también vivo y alegre. Un lugar ideal donde practicar la meditación u otras actividades espirituales que tanto le gustan, y un hermoso hogar al que volver cuando uno ha estado fuera. En su trabajo, ella creará también ese mismo ambiente tranquilo, sereno y cálido que parece llevar consigo allá donde va. Pero al permanecer tan centrada en su propio mundo, Hestia puede dar la sensación, de "estar siempre mirando las musarañas" o "en Babia". Su tendencia a la timidez y a la introversión las puede llevar a ser incapaces de resolver asuntos tan materiales como llevar su propia economía, o asistir a una fiesta donde se habrá de relacionar con otra gente. Sobrelleva bien la soledad, y dentro de su propio mundo, es tan independiente como una Artemisa. Pero le cuesta salir al mundo de fuera y mostrar otra cara de sí misma que no sea la de la chica o mujer tímida y apocopada que se queda sentada en el baile o no se atreve a hacer las cosas solo "por timidez".


